Cómo actuar ante episodios convulsivos


¿Qué se debe hacer durante la etapa activa de una convulsión?

• Conservar la calma y tranquilizar a los presentes. Impedir la aglomeración de personas alrededor del paciente. Las acciones deben ser dirigidas por una sola persona.

• Si es posible el paciente debe permanecer en el lugar donde ocurrió la convulsión hasta que haya cesado la fase activa de la misma.

• En caso de que se produzca la caída del paciente, y si se llega a tiempo, evitar lesiones a consecuencia de la misma.

• Retirar los objetos o muebles cercanos con los que pueda hacerse daño.

• Protegerle la cabeza colocando algún objeto blando debajo de la misma (ropas, almohadas, etc.).

• Desabrocharle el cuello de la camisa y aflojar aquellas prendas que pudieran causarle opresión.

• Siempre que sea posible se colocará al enfermo de costado o de lado, permitiendo que salga de la boca la saliva y la mucosidad. En esta posición también se evita la aspiración de vómitos que pudiera presentar.

• Nunca hace falta, e incluso puede ser peligroso, introducir objetos (cucharas, baja lenguas, etc.) entre los dientes para evitar que se muerda la lengua; tampoco existe peligro alguno de que se la trague.

• Se debe vigilar al enfermo hasta que finalice la crisis, observando los síntomas de las mismas y el tiempo de duración para informar posteriormente al médico.

¿Qué NO se debe hacer durante la etapa activa de una convulsión?

Cuando la convulsión empieza no es posible detenerla, por lo que NO se deben manipular los miembros del enfermo para tratar de impedir las contracciones musculares que se están produciendo.

Tampoco hay que llevar al paciente de un lado a otro durante las crisis.

Si las convulsiones se presentan con fiebre no hay que sumergir al paciente en agua fría ni frotarlo con alcohol.

¿Qué se debe hacer después de una convulsión?

Los síntomas postictales varían de una persona a otra pero habitualmente son los mismos en un paciente determinado. Muchos de ellos recuperan la conciencia inmediatamente después de una convulsión de breve duración, aunque pueden mostrarse somnolientos o confusos durante algunos minutos. Otros, por el contrario, pueden permanecer comatosos durante períodos de tiempo variables y al recuperar la conciencia estar desorientados o manifestar un comportamiento inadecuado realizando actos irregulares psíquicos o motores.

Algunas personas se muestran violentas después de una convulsión, sobre todo si se quieren limitar sus movimientos cuando aún están confusas. Ha de saberse que el enfermo no suele estar consciente de sus actos durante esos episodios y, por lo tanto, las órdenes e instrucciones que se le den generalmente carecerán de valor.

Los pasos a seguir son los siguientes:

• Si el paciente tiene una pérdida de conciencia se lo debe acostar de lado.
• Si la pérdida de conciencia o letargo se prolonga mucho más que en ocasiones anteriores hay que consultar al médico.
• Ofrecerle ayuda sin imponérsela.

¿Que NO se debe hacer después de una convulsión?

• No hay que intentar la estimulación del afectado mediante pellizcos, pinchazos o sacudidas para que recobre la conciencia más pronto porque todo es ineficaz; el mismo se despertará solo.

• No exigirle que se levante.

• No darle agua ni medicinas.

Criterios de alarma ante una crisis convulsiva o epiléptica

Busque ayuda médica de urgencia:

• Si es la primera crisis que el paciente presenta.

• Cuando la convulsión dura mucho tiempo o más que en ocasiones previas (por lo que siempre se deben cronometrar).

• Cuando la crisis es diferente a las anteriores.

• Cuando los periodos preictales (antes de la convulsión) y postictales (después de la convulsión) son diferentes a otros precedentes.

• Cuando el paciente presentar convulsiones sucesivas sin recuperar la conciencia. Esto se reconoce como estatus convulsivo y ha de considerarse una urgencia médica.

• En casos en los que ha consecuencia de la caída se hayan producido heridas o golpes importantes.

• Cuando después de la convulsión la respiración no se restablezca.

 


 

Por tanto es primordial tener un conocimiento previo sobre las características particulares de las crisis de cada paciente:

• Tipo de crisis que sufre habitualmente.

• Duración media de las mismas.

• Características preictales (antes de la convulsión) y postictales (después de la convulsión).

Ha de observarse atentamente si el tipo, la duración y las características acompañantes de la convulsiones se alteran al compararlas con las anteriores.

 

Estas sugerencias fueron elaboradas por la Asociación Andaluza de Epilepsia.